Tiger Woods ha tenido una trayectoria muy movida, con enormes altibajos producidos por su vida personal y por las lesiones. Una de sus grandes historias de regreso se produjo en 2019, consiguiendo su quinta chaqueta verde con 43 años. Al final de ese verano se tomó un tiempo libre para someterse a una nueva cirugía de rodilla, pero volvió orgulloso con una victoria en Japón para igualar el récord de Sam Snead: 82 victorias en el PGA Tour.
Sin embargo, hace 13 meses, en un espantoso accidente de tráfico en febrero de 2021 a las afueras de Los Angeles, parecía que se había escrito el epitafio deportivo de Tiger Woods. Sufrió fracturas abiertas en la tibia y el peroné de la pierna derecha. Pasó un mes en el hospital y los médicos habían considerado la posibilidad de que tuvieran que amputarle la pierna y, desde luego, predecían una recuperación difícil, con riesgo de infecciones, huesos que no sanan y lesiones en el pie y el tobillo que le impiden caminar. ¿Volvería a jugar al golf?
Siguiendo la evolución de su lesión, con las dudas sobre si volvería a poder jugar y cuándo podría ser su regreso, decía en febrero de este año que “Estoy mejorando, sí. Pero no a la velocidad y el ritmo que me gustaría”.
Sin embargo, como tantas otras veces, Tiger Woods se ha levantado…
Todo parecía apuntar a que volviese a la competición en el 150 Open Británico, en julio. Se juega en St. Andrews, es un campo plano y podía interpretarse como el mejor escenario para un jugador de 46 años, muy castigado por las lesiones en la espalda y las rodillas, además de la más reciente en la pierna derecha. Pero Tiger, que se convirtió en leyenda hace 25 años, siendo el primer negro que ganaba en Augusta, aventajando en 12 golpes al segundo clasificado, ha vuelto a dar una lección de que siempre hay que creer en él.
Seguramente la mayoría de los aficionados pensarán que para un jugador de 46 años, que ha padecido repetidas horribles lesiones, su actuación en Augusta se verá reducida a las dos primeras vueltas. No le darán la oportunidad de suponer que pueda ganar su sexta chaqueta verde y el decimosexto “grande” de su carrera. Pero no olviden que, si Tiger gana, superará a Jack Nicklaus como el ganador del Masters de más edad. Y los retos suponen un aliciente para este gran campeón, que siempre que sale del tee del 1 ha demostrado que puede ganar.
De momento, ya ha tomado la decisión de jugar que venía meditando y comenzará el torneo con el sudafricano Louis Oosthuizen y el chileno Joaquín Niemann. Eso que gana el Masters, el golf y el deporte mundial.

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