A mediados de julio de 1976, un jovencísimo jugador español de 19 años inició la revolución absoluta del golf mundial. El Royal Birkdale, en la localidad británica de Southport, fue el escenario donde Severiano Ballesteros escribió la primera página de oro de la historia moderna de nuestro golf.

El Open Británico, tercero de los cuatro “grandes” que componen el “Grand Slam” de golf, abrió la edición de 1976 con un compartido liderato en el que no figuraba ninguno de los favoritos: el irlandés Christy O’Connor, Jr., el japonés Norio Suzuki y el único español participante, Severiano Ballesteros. Podía tratarse de la aparición anecdótica habitual de jugadores desconocidos para el gran público…

Sin embargo, la sorpresa subió de tono cuando tras el segundo día Severiano Ballesteros se había aferrado al liderato con su segundo 69, provocando un impacto mediático inmediato en todo el mundo. La feliz sonrisa que mostraba su cara saltó a los periódicos de todo el mundo, convirtiéndose en “Mr. Mucho Contento” para la prensa internacional aprovechando la afirmación del jugador, con nulo dominio del idioma inglés.

Día a día, Severiano Ballesteros fue ganándose la simpatía y la admiración de todos por su juego, potente y agresivo. La tercera jornada Severiano y Johnny Miller compartieron partido y resultado (73), lo que permitió al español mantenerse en el primer puesto, superando por dos golpes al gigante americano, una de las más grandes figuras mundiales del momento.

Severiano, en la cuarta vuelta, no pudo luchar contra la perfección de un Johnny Miller que desarrolló un golf insuperable, estableciendo nuevo record del campo con 66 golpes, 6 bajo par. Severiano quizá abusó de su potencia con el drive, porque estuvo errático y sólo pudo coger tres calles de salida (Johnny Miller casi siempre salió con hierro 1), con lo que la especial preparación del campo, con calles estrechas y rough alto, castigó al español.

Severiano siempre confió en los segundos 9, con cuatro pares 5, en los que había labrado su ventaja en las tres jornadas previas. Había perdido el liderato con su doble bogey del 6 y en el hoyo 11 llegó la sentencia definitiva cuando Severiano acabó con triple bogey y se puso a cinco golpes del norteamericano, que siguió volando hacia el título, empeorando las sensaciones de Ballesteros cuando en el 12 se distanció dos golpes más, con la suma de su bogey y el birdie de Miller.

En ese momento Severiano observó en las pizarras que Nicklaus y Floyd (ganador del Masters) le habían adelantado en la clasificación y sacó a relucir su talla y su coraje. Aceptó la derrota ante Miller, pero no podía permitir que le arrebataran el segundo puesto y cambió su objetivo. Ya no le importaba lo que hiciera Miller; ahora lo importante era recuperar el segundo lugar y demostró una capacidad de reacción extraordinaria: sus golpes de recuperación fueron perfectos; su aplomo y serenidad, asombrosos; y su juego corto excelente, necesitando únicamente un putt para terminar cada uno de los seis últimos hoyos.

En el 13, primero de los pares 5, y en el 14 hace birdie. Cuando le quedaban dos hoyos para acabar el torneo, Nicklaus y Floyd ya habían finalizado con tres y dos golpes de ventaja sobre el español. En el 17, Seve hizo eagle y restó dos golpes de la desventaja y afrontó el 18 pleno de coraje. De dos se quedó a las puertas de green, a la izquierda. Tenía un golpe complicado, pero su approach hizo que la bola se deslizase sorteando dos pequeños montículos y se detuviese a menos de un metro del hoyo. Y con una serenidad pasmosa Severiano embocó el putt de birdie que le empataba con Nicklaus en el segundo puesto, completando una reacción extraordinaria que apasionó al mundo, disfrutando con la aparición de la nueva joven estrella.


Jesús Ruiz Golf