El Masters se ha terminado para los españoles, a los que no queda otra cosa que tratar de maquillar el torneo con el mejor final posible, precisamente el día en que Severiano Ballesteros hubiera cumplido su 65 cumpleaños. Jon Rahm, que ha firmado con 77 la vuelta más alta de su carrera en Augusta (cinco bogeys, un doble bogey y dos birdies), se ha hundido en la clasificación hasta el puesto 41 de los 52 jugadores que han salido al campo después del corte.

Sergio García ha capeado mejor la jornada con su segunda tarjeta de 74 golpes consecutiva, después de cuatro bogeys y dos bogeys para clasificarse en el puesto 26, a 13 golpes del líder y con tres de ventaja sobre el jugador de Barrika. Los pares 5, tan decisivos, no han sido en esta ocasión tabla de flotación para ninguno de los dos: Rahm los completó con un birdie, un bogey y dos pares y el de Borriol con tres pares y un birdie, de los dos que logró en la jornada.

El tren marcado por el líder, Scottie Scheffler, ha sido demoledor de inicio, con cuatro birdies por los primeros nueve, y deficiente después, con cuatro bogeys y dos birdies para una tarjeta de 71 golpes. Se ha arropado bien en los pares 5, con birdie en los tres primeros, pero los últimos siete hoyos han sembrado dudas sobre su madurez para conquistar el primer “grande” de su carrera, a pesar de la ventaja con que todavía cuenta.

Y eso que el principal ramillete de jugadores que podrían haberle puesto en aprietos tampoco han tenido el día de cara y no han ejercido demasiada presión: Matsuyama, defensor del título, terminó con 77; Zalatoris, segundo el año pasado, finalizó con 75; Morikawa lo hizo con 74, Johnson con 75, Willett con 73, y Niemann completó su tarjeta con 77 golpes. Tiger acabó el día con cinco bogeys, tres birdies y dos doble bogeys, para 78 y un total de 7 sobre par, empatado con Rahm.

El liderato sigue en las manos de Scottie Scheffler, firmes hasta ahora, que empezó el día con 8 bajo par y aumentó su ventaja con cuatro birdies en la primera mitad, que le permitía comandar la prueba con menos 11. En los segundos nueve su rendimiento no fue bueno (lo acabó con cuatro bogeys y dos golpes sobre par) y eso puede abrir una puerta a la duda sobre lo que puede pasar en la final, cuando “empiece el torneo” en los nueve hoyos finales, habitualmente decisivos para bien y para mal.

Su mayor rival ahora es el australiano Smith, que hizo la mejor tarjeta de la jornada (68) para disfrutar del segundo puesto, a tres golpes del líder, mientras el surcoreano Im, primer clasificado en la jornada inaugural, salvó un inicio demoledor (cuatro sobre par en los seis primeros hoyos) con cinco birdies hasta el final que le permitieron ascender al tercer puesto, a cinco del mejor resultado, dejándose abierta la posibilidad de poder remontar en la última vuelta, si Scheffler flaquea en los segundos nueve y el coreano está tan acertado como hoy.

El irlandés Lowry tuvo una primera parte en la que dio la impresión de poder presionar a Scheffler, pero solo pudo acabar con 73, para situarse a siete golpes empatado con el sudafricano Schwartzel, quien llevaba camino de poner cimientos para poder ganar su segunda chaqueta verde (menos 3 en el 10, tras hacer eagle en este hoyo), pero firmó cuatro bogeys en los últimos ocho hoyos para finalizar la jornada a siete golpes de Scheffler, que empezó con suficiencia y acabó con dudas.

Eso es lo que da mayor emoción a lo que puede suceder en la final. Lástima que los dos españoles estén tan lejos.


Jesús Ruiz Golf