¡Domingo sensacional para el golf español! Jon Rahm se ha convertido en el primer español que conquista el Open USA, el primer “grande” que logra en su carrera. El golf se lo debía después de su sinfonía inacabada en el Memorial, donde fue descartado por un positivo en el Covid-19 cuando disfrutaba de cómoda ventaja a falta de 18 hoyos. Esta vez no ha sido con dominio aplastante a lo largo de todo el torneo, pero ha ido paso a paso acechando en todo momento el primer puesto hasta que lo ha logrado en una histórica final, cuando ha propiciado el golpe definitivo en unos dramáticos hoyos finales. En el hoyo 17 sumó el cuarto birdie del día, poniéndose -5, mientras Louis Oosthuizen estaba con idéntico resultado a falta de los últimos hoyos. Rahm encaró el 18, par 5, sabedor de su trascendencia en el desenlace del Open USA, y falló el green por la derecha, cayendo en el bunker. No hizo una sacada extraordinaria y dejó a bola a unos 6 metros del hoyo, con caída de derecha a izquierda. Era “su” momento y el de Barrika no falló: con un toque perfecto vio rodar la bola hasta esconderse en el interior del hoyo, de donde sacaría su quinto birdie del día y, de paso, la gloria de convertirse en el cuarto español que consigue un título del “Grand Slam” y el primero en ganar el Open USA. Severiano Ballesteros había dejado su huella en el palmarés del Masters y del Open Británico; José María Olazábal había hecho lo propio en Augusta; Sergio García también se vistió con la chaqueta verde y, ahora, Rahm levanta la copa del Open USA por primera vez en la historia. Curiosamente el español estaba a tres golpes del líder a falta de la final cuando ganó el Farmers Insurance Open en 2017, en este mismo campo de Torrey Pines, y con la misma desventaja salió del tee del 1 para afrontar esta final del Open USA.
«Soy un gran creyente en el karma«, diría Rahm más tarde “y después de lo que pasó hace un par de semanas, me mantuve muy positivo sabiendo que vendrían cosas buenas. No sabía lo que iba a ser, pero sabía que veníamos a un lugar especial para mi familia y sabía que mi mejor golf estaba por venir”.
Rahm ya había acabado su jornada y esperaba impaciente el desenlace de quienes estaban todavía en el campo, especialmente el sudafricano Louis Oosthuizen, con quien estaba compitiendo el primer puesto de forma más directa. A estas alturas, con Rahm líder en la casa-club con 6 bajo par, Oosthuizen era el único enemigo. Se había puesto -5 con el bogey en el hoyo 11, y sucesivos pares le pusieron en el tee del 17 con -5. La tensión era máxima porque el sudafricano sabía que se estaba jugando la decisión del torneo. Falló su salida por la izquierda (estacas rojas) y de tres se había dejado un putt de unos 6 metros cuesta arriba. No acertó con el hoyo, que bordeó por la derecha, y… se ponía -4, a dos golpes de Rham. Ahora necesitaba un eagle en el 18 para forzar un play-off, pero solo consiguió un birdie para asentarse como segundo en solitario, a un golpe del campeón.
El sudafricano, 38 años, es uno de los ocho jugadores que han ganado el “Grand Slam de plata” como subcampeón en los cuatro “grandes”, detrás de Phil Mickelson, Johnson, Arnold Palmer, Jack Nicklaus, Tom Watson, Greg Norman y Craig Wood. Incluso sumó otro segundo lugar el mes pasado cuando empató en el segundo puesto detrás de Mickelson en el Campeonato de la PGA, añadiendo otra decepción como las padecidas en 2012, cuando perdió el Masters ante Bubba Watson, o en 2015, cuando el play-off ante Zach Johnson y Marc Leishman le fue negativo en el Open Británico.
Ya se acabaron las etiquetas de “mejor jugador del mundo sin ganar un grande” y ahora comienza una nueva etapa en la brillante carrera de Jon Rahm, después de su exhibición en Torrey Pines Golf Course (San Diego, California), un campo preparado de forma exigente que el de Barrika ha sorteado de forma brillante. Con su hijo de 2 meses en el campo, junto con su esposa Kelley y sus padres, Rahm no podría haber imaginado un mejor regalo para el Día del Padre.
“Me cuesta explicar lo que acaba de pasar porque ni siquiera puedo creer que acerté los dos últimos putts, y soy el primer español en ganar el Open USA. Definitivamente esto es para Seve. Sé que lo intentó mucho y quería ganar este torneo sobre todo».
Sergio García terminó con su mejor vuelta en el torneo (68), con tres birdies en cada mitad del campo, después de haber arrancado con dos bogeys consecutivos en el 3 y 4. Su total de 2 sobre par, le han dejado en un definitivo 19º lugar.

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