Jon Rahm había liderado el The Northern Trust desde el primer día. Tras la pausa obligada por la tormenta tropical que retrasó la final del domingo al lunes, salió compartiendo liderato con el australiano Cameron Smith, que había roto todos los moldes el sábado con una tarjeta de 60 golpes, con 11 birdies sin error. Entre ellos, fundamentalmente, habría de estar la victoria y así se fue desarrollando la jornada por los primeros nueve. Rahm, metódico, pasó esa media jornada cumpliendo con el objetivo de hacer birdie en los pares 5 y se presentó en el tee del 10 con 2 bajo par en la jornada, 18 en el torneo. Con ese resultado era líder con dos golpes de ventaja sobre Smith y tres sobre Tony Finau y Erik van Rooyen. Cuando Rahm hizo birdie de forma consecutiva en el 12 y 13, aprovechando el par 5 y ganando otro golpe extra, parecía que el triunfo no se le escaparía. Con 20 bajo par sacaba dos de ventaja a Smith y uno a Finau, que había tenido una reacción impresionante con birdie-eagle-birdie del 12 al 14 y tensaba el momento al máximo. Hubo un hoyo de tregua y, en el 16, Finau se ponía 20 bajo par en el torneo que igualaría a Rahm… si el español no hubiese cometido bogey en el 15. En ese momento hubo cambio de líder y Rahm se quedó sin energía para remontar la situación. También Smith le sobrepasó con dos birdies consecutivos, en el 16 y 17, para igualar a Finau en -20.
El 18 tuvo un epílogo ingrato, con un nuevo bogey de Jon, el segundo en los últimos cuatro hoyos, que le dejaba a dos golpes de quienes habrían de disputarse el triunfo en play-off.
Tony Finau, con la inercia triunfal con que acabó el torneo regular, tuvo suficiente con igualar el par 4 del hoyo 18 para conseguir un triunfo que ha merecido, sin duda, por su extraordinaria fortaleza en el momento final, pero por el que nadie apostaba a falta de ocho hoyos. Sus cinco golpes ganados al campo del 12 al 16 resultaron decisivos para lograr su segunda victoria en el Circuito Americano, en un año que había sumado dos segundos puestos.

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