No ha podido ser. A pesar de que Jon Rahm se había fabricado una buena opción de revalidar título en el Open USA, en ningún momento de la final se sintió cómodo y apagó la ilusión de verle como posible ganador en The Country Club. Al final, con cinco bogeys en la final (por un solo birdie) cayó hasta el puesto decimosegundo, a siete golpes del campeón. “53 hoyos muy buenos, y en los últimos 19, +6”. Así definió Jon Rahm (+1 al total) su trayectoria en el torneo, que acabó ganando el inglés Matt Fitzpatrick (-6), campeón en este mismo campo del US Amateur de 2013.
Fitzpatrick, en busca de su primera victoria en el PGA Tour, mantuvo una final tensa con sus dos principales rivales: Zalatoris y Scheffler, número 1 mundial. El primero en sorprender, en su ascenso y en su descenso, fue Scottie Scheffler, que arrancó con cuatro birdies en los seis primeros hoyos y se hizo con el liderato. Pero cometió dos errores consecutivos en el 10 y 11 que le apartaron del primer puesto, al que ya no pudo volver, ni con el birdie del 17 que forzaba la presión en busca de un posible play-off que no se dio.
Zalatoris, en busca de un primer “grande” que viene rondando, salió a la final empatado con Fitzpatrick y, a pesar de un inicio que barruntaba desastre con dos bogeys consecutivos, mantuvo el tipo en la primera mitad con tres birdies hasta el 9, a un golpe de su rival. En la segunda mitad las rachas se cambiaron cuando el inglés cometió dos errores consecutivos en el 10 y 11 (igual que Scheffler) y Zalatoris hizo birdie en el 11. Pero Fitzpatrick acabó los últimos siete hoyos en dos bajo par, Zalatoris en uno sobre par y Scheffler en uno bajo par. Planeó el play-off, entre dos o entre tres, pero nada se movió y Fitzpatrick volvió a festejar en un campo que parece talismán para él.

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