Lo deportivo está quedando en un segundo plano en este accidentado Masters de Augusta. Al margen de las suspensiones por riesgo de tormentas, la guerra con los jugadores del LIV Golf ha quedado en una marejadilla, excepto porque Brooks Koepka lidera el torneo y, de momento, ve sentado en el Club House como la mitad de los jugadores intentan acabar la segunda ronda hoy. Entre ellos Jon Rahm, segundo en estos momentos, a dos golpes del americano tras el bogey en el 16.
Una posición privilegiada para el jugador vasco que se está comiendo la peor cara del campo, jugando bajo una incómoda lluvia. Ya ha habido varios jugadores retirados: Kevin Na, Will Zalatoris y Luois Oosthuizen.
Pero quien vivió en primera persona lo que pudo haber sido la peor tragedia de Augusta en su historia fue Sergio García, que en ese momento se encontraba en el green del 15.
“Fue, sin duda, el peor momento que he vivido, no sólo en Augusta, en un torneo. Así de claro. Lo que pudo pasar ayer es muy grave. Afortunadamente, no pasó nada que pudiéramos lamentar. La gente tuvo mucha suerte, sin ninguna duda. Yo estaba en el 15 y cuando vi lo que ocurrió me acerqué a ver si podía ayudar, pero afortunadamente no cogió a nadie.
Pero había por lo menos ocho o diez sillas que estaban completamente aplastadas por los árboles. Si la gente no se llega a mover, no quiero ni imaginar”, comentó Sergio, aún impresionado.
Su mujer, Ángela, que habitualmente sigue a su marido por los torneos de golf, estaba entre el público. Es una zona, entre las sillas que rodean el hoyo 15 y la calle del 17 donde se coloca mucha gente y, sobe todo ayer, para resguardarse de la lluvia debajo de los árboles.
No es un recuerdo fácil de digerir.
“A ver, obviamente no. Y te quedas con muy mal cuerpo, aunque vienes hoy a jugar porque no pasó nada, afortunadamente. Si hubiera pasado algo, sí que hubiera sido muy complicado volver. Volver aquí hoy y ponerte delante de 17. Pero afortunadamente no pasó nada. Mi mujer estaba atacada de los nervios cuando lo vio. Estaba nerviosísima y le entró un ataque de pánico. Un poco más y se derrumbó. La verdad es que pasó algo tremendo y yo creo que no se le está dando la importancia que realmente tiene”.
Cambiando de tema, el domingo sería el cumpleaños de Seve, 40 años desde su victoria aquí en 1983, y un día especial para Sergio porque un 9 de abril de 2017 sumó la quinta chaqueta verde para España.
“Hombre, sí es un día para recordar de una manera muy especial. Y el lunes es el cumpleaños de nuestro hijo Enzo. Son días para recordar y se le echa mucho de menos, la verdad. Sobre todo en la cena de campeones. Pero es la vida, ahí acabaremos todos”, añadió el castellonense.
Isabel Trillo

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