El australiano Cameron Smith ha firmado una de las mejores vueltas finales en los “majors”, la más baja de un campeón en la historia de St. Andrews (Zach Johnson, 66 en 2015), ha igualado el resultado más bajo que se ha presentado en el Open Británico (Henrik Stenson, en Royal Troon hace seis años) y el más bajo que se ha firmado en la catedral del golf. Además, se convierte en el primer australiano que gana el Open Británico desde que lo hiciera Greg Norman en 1993.

Smith comenzó la final a cuatro golpes de Rory McIlroy y Viktor Hovland, líderes empatados, pero arrasó con un increíble 64, que incluye cinco birdies seguidos del 10 al 15 y otro en el 18, para superar a todos sus rivales, con Cameron Young y Rory McIlroy muy cerca. Al comienzo de los últimos nueve hoyos, McIlroy contaba con una ventaja de tres golpes, pero en un día crucial se le quedaron los birdies en el hotel (solo uno en cada mitad del campo) mientras a los dos Cameron se les caían de los bolsillos. El australiano, que había hecho doble bogey en el 13 el día anterior, desterró malos recuerdos con un birdie que le empataba en cabeza, alcanzando el liderato con el quinto birdie de la secuencia, en el 14.

Smith salvó un par vital en el 17 poco después de que Young rematara su gran torneo con un eagle en el 18 que le hacía terminar con 19 bajo par. En ese momento estaban empatados y no se unió McIlroy porque falló un putt de birdie en el penúltimo hoyo.

En el 18, el australiano, se plantó a un metro del hoyo para asegurarse el birdie que necesitaba para ganar, terminando con 30 golpes la segunda mitad, mientras el norirlandés no tuvo opción de conseguir el eagle que precisaba para forzar un play-off. Curiosamente, McIlroy era el último jugador que había hecho 30 en los segundos nueve de St. Andrews, en 2010…

Aunque de alguna manera se especulaba con que la final la protagonizarían Rory McIlroy y Viktor Hovland, lo cierto es que el noruego fue el único de los 10 primeros que acabó sobre par (74) y al norirlandés solo le queda presumir por haber quedado entre los 10 primeros en los cuatro “grandes”. Los grandes intérpretes de la final fueron los dos Cameron. Smith remató la faena, pero Young le llevó hasta el límite a pesar de los nervios iniciales, con bogey en el 1. Luego, siete birdies, con el bogey del 9 en medio, le llevaron al penúltimo escalón con el eagle del 18, volviendo a pelear por un “major” este año.

La batalla por la Jarra de Clarete estuvo entre ellos, solo entre ellos. Tommy Fleetwood, cuarto con Hovland, no cometió errores y firmó 5 bajo par, pero los de delante no permitieron que les intimidase, y otros de los que se esperaba pudieran dar guerra entraron en barrena, como Scottie Scheffler, con tres bogeys del 5 al 9. Hubo buenas vueltas, pero ni Harman (66), ni Johnson (69), ni Cantlay (68), ni DeChambeau (66), ni Spieth (68), todos clasificados a continuación para cerrar el top-10 pudieron entrar en la batalla decisiva.

Filippo Celli, italiano de 21 años que el mes pasado se proclamó campeón de Europa en El Saler, ha sido el mejor amateur clasificado con una tarjeta de 71 golpes, aventajando en seis impactos a Aaron Jarvis.


Jesús Ruiz Golf