El sueco Kristoffer Broberg ha dado un paso al frente en el Open de Holanda y con su fantástica tarjeta de 64 golpes, ocho bajo par, se ha colocado primero, con un golpe de ventaja gracias a su vuelta más baja en el Circuito Europeo en casi seis años. Su vuelta incluye cuatro birdies en la primera mitad y cinco en la segunda (su primera de juego), en la que incurrió en su único bogey del día, con un inicio impresionante con cuatro birdies del 10 al 14. Broberg, que se anunció como una posible estrella con tres victorias en cuatro semanas en el Challenge Tour de 2012, y ganó su único título del European Tour tres años después, ha estado lastrado por una lesión de rodilla que solo le han permitido jugar 11 torneos entre 2018 y 2020. Este año había fallado seis cortes de sus ocho primeros torneos, pero su recuperación física le ha permitido pasar cuatro cortes de sus últimos cinco torneos y tras su magnífica segunda vuelta puede ser una de las grandes historias de este torneo.
En la segunda plaza comparten esperanzas el belga Thomas Detry (66), con siete birdies y un bogey, y el danés Marcus Helligkilde (66), con una tarjeta idéntica, con cuatro birdies del 3 al 7 y tres birdies en los últimos cuatro hoyos para acabar el recorrido del Bernardus Golf. El irlandés Niall Kearney (69) y el alemán Maximilian Kieffer (68) comparten la cuarta plaza a dos golpes del sueco.
Esta jornada la gran sensación española vino de la mano de Alejandro Cañizares (67), que consiguió tres birdies en cada mitad del campo que solo tiñó con un bogey en el 17. Cañizares es ahora sexto, con -9, a tres golpes del mejor resultado. El siguiente en la clasificación es Santiago Tarrío, al que su 73 le hizo perder numerosas posiciones y ahora está el 39, a ocho golpes de Broberg. El gallego comenzó de manera fantástica, con cuatro birdies hasta el hoyo 7, pero a continuación firmó cinco bogeys del 8 al 14 que resultaron decisivos. Emilio Cuartero (68) salvó la clasificación con cinco birdies y un bogey.

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